El Forjista

Yegua, puta y montonera

La denominada revolución de las mujeres ha traído saludables aires nuevos a la vida política y social argentina pero también ha puesto en primer plano la hipocresía monumental con la cual se manejan ciertos primeros actores políticos que han aparecido ahora, a pesar que, su pasado y su presente los muestran en las antípodas de las propuestas de dicha imponente movilización que tiene un fuerte componente juvenil.

Tal vez quién primero vio una oportunidad para aprovechar esta reivindicación y lucha por la igualdad fue el gobierno de Cambiemos que precisamente ha reducido de manera extrema el presupuesto dedicado a cuestiones de género como así lo señala el sitio del periódico feminista LAFTEM: “El presupuesto de Cambiemos, votado por el Congreso para el año 2019, propone un gasto de $11,36 por mujer, menos que un boleto de colectivo. Significa una caída de 19% en términos reales respecto al presupuesto destinado a cuestiones de género en 2018”

Pero además Cambiemos está integrado por la Unión Cívica Radical que puede ser caracterizado como un partido con una clara tendencia machista, porque la participación de las mujeres en su conducción es muy limitada y que no resulta casual que un senador nacional y el jefe del Concejo Deliberante del La Plata hayan sido denunciados por empleadas que trabajaron con ellos. Ambos legisladores continúan aferrados a sus cargos.

Otra situación preocupante es la denuncia contra el senador provincial de La Cámpora, el cual dijo aun no presentó la renuncia que había anunciado, la agrupación separó de sus funciones a cuatro integrantes por situaciones de acoso y abuso, en una medida que parece tardía e insuficiente.

En una demostración que no parece haber sector político que pueda arrojar la primera piedra en este tema, es extremadamente grave la participación de un concejal de Florencio Varela del Frente Renovador y del sindicato que lidera Luis Barrionuevo en casos de prostitución de menores.

El Senado Nacional es también una demostración de esa hipocresía monumental porque la denuncia de Thelma Fardín se inscribe dentro de la lucha emprendida por las mujeres para obtener el aborto legal y seguro, ley que fue rechazada en el Senado por legisladores que ahora no tienen ningún tipo de vergüenza en aparecer con el cartel de “Mirá como nos ponemos”, incluido el senador radical Juan Carlos Marino denunciado por su empleada, cuando ellos son responsables de muchos de los argumentos falaces y retrógrados que se utilizaron para oponerse a la voluntad de esa extraordinaria marea verde, convirtiéndose en los voceros de instituciones reaccionarias e impidiendo la aprobación de una legislación que proteja a las mujeres.

La denuncia de Thelma Fardín también dejó en evidencia la actitud canallesca de los directivos del Canal 13 cuando fue la actriz Calu Rivero quién realizó las denuncias contra el mismo actor y que no fueron escuchadas porque el actor tenía en ese momento un programa en el aire y el show y el negocio debían continuar. La valiente denuncia de Rivero también mostró la falta de solidaridad de actores y actrices que pusieron en duda sus declaraciones, el colectivo Actrices Argentinas vino a subsanar esa situación con una actitud de emocionante solidaridad.

Pero hay un tema que nadie ha querido abordar hasta el momento que consiste en realizar una retrospección para arrojar luz sobre muchos de los ataques e injurias padecidas por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por su condición de mujer y no sólo por haberse atrevido a enfrentar a la rapaz oligarquía que es dueña del poder económico y que ha sido la responsables de desestabilizar a los gobiernos populares.

La propia ex presidenta ha señalado y resumido en un reportaje  esa situación de agresividad singular contra su figura y sus decisiones de gobierno cuando dijo que fue acusada de “yegua, puta y montonera”, descalificaciones recibidas producto de su condición de mujer, cabe recordar que los dos primeros componentes también fueron lanzados, junto a muchos otros, contra Eva Perón, si a las clases privilegiadas les molestan que rocen sus intereses económicos, las saca de quicio que dichas acciones sean realizadas por mujeres.

Ahora repasaremos sólo algunas de las agresiones contra Cristina Fernández a las que consideramos únicas porque muy difícilmente se hubieran consumado de haber sido un hombre quién hubiera ejercido la presidencia.

Mostrá el título

Quien se tomara el trabajo de informarse sobre los años en que Néstor Kirchner y su esposa eran estudiantes universitarios sabrían que mientras Cristina podía ser considerada como una “traga”, muy responsable a la hora de estudiar e interesada no sólo en aprobar las materias sino en hacerlo con buenas notas, su marido en cambio sólo estaba interesado en pasar las materias y recibirse, porque su principal interés estaba centrado en la militancia política a la que dedicaba gran parte de sus horas, además de no descuidar su pasión racinguista concurriendo al estadio cuando disponía de tiempo.

Sin embargo, nadie se atrevió a dudar que Néstor Kirchner tuviera el título universitario, pero sí hubo dudas sobre que Cristina se hubiera recibido, incluso se llegó a denunciar que había fraguado el título universitario.

El denominado constitucionalista Daniel Sabsay en realidad un operador de las clases dominantes en el Poder Judicial fue el primero en realizar esta desquiciada propuesta de pedirle a la presidenta que mostrara el título, producto de los intentos frustrados del gobierno kirchnerista para democratizar una justicia elitista y al servicio de las corporaciones.

En esa oportunidad Sabsay con amplia repercusión en todos los medios de comunicación concentrados, en particular en los del grupo Clarín, ya que este abogado parece tener una cama adentro del Canal TN dijo: “Esta señora nos habló como profesora de derecho, pero dijo varias barbaridades y ahora dudo que sea abogada, ahora quiero que muestre el título”
Esta injuria Sabsay la emitió ante el coloquio de IDEA en 2014, un antro que reúne todos los años a los poderosos que saquean el país, pero no fue la única oportunidad en que se puso en duda el título universitario de Cristina, en 2016 cuando ya no era presidenta se presentó ante las Justicia un ex miembro de la Corte Suprema de la Provincia de Corrientes Ernesto Reggi para denunciar a la expresidenta por “usurpación de título” y “defraudación contra la administración pública”

La causa, como todas las de Cristina, cayeron en el juzgado de Bonadío que pidió el programa analítico a la Universidad de La Plata, y cerró la causa cuando la entidad mandó el documento solicitado, pero eso no resultó suficiente, Sabsay seguía asegurando en el 2017 que Cristina no era abogada y que “el analítico es una truchada” pero que al parecer sirvió para engañar a Bonadío.

Cuando el departamento de Cristina en Buenos Aires fue allanado por las hordas enviadas por Bonadío, Jorge Lanata comentó que en el departamento no se encontró su título, para seguir poniendo en duda que se haya recibido.

No creemos que haya habido otro caso ni siquiera al “ingeniero” Blumberg, menos de un presidente, que deba mostrar su título universitario, sólo Cristina debió demostrar que se había recibido aún después que la facultad lo certificara.

Pero además esas denuncias constituyen un agravio a toda una generación que se recibió después de 1976 , Cristina lo hizo en 1979, porque la Universidad fue uno de los principales objetivos de la represión de la dictadura e ir a cursar o a dar exámenes era todo un peligro que ponía en riesgo la vida de los estudiantes que habían militado por la causa de los trabajadores y los desposeídos, como los sirvientes del poder nunca estuvieron en esa posición desconocen a que se exponían esos militantes que pretendían obtener un título universitario.

Diagnosticando por TV

Nelson Castro es médico y periodista, en ambas profesiones ejerció la mala praxis cuando pretendió diagnosticar a la presidenta por la sola condición de ser espectador de sus discursos o por chismes escuchados a terceros, digamos además que Castro es uno de los guerreros del grupo Clarín que como uno de sus propios periodistas confesó realizó periodismo de guerra durante los gobiernos kirchneristas.

En su desesperada misión que quedar bien con sus patrones Nelson Castro afirmó que Cristina padecía el síndrome Hybris que sería la enfermedad del poder, sentado en la mezasa de Mirta Legrand junto al actor y psiquiatra Diego Peretti, éste largó una sonora carcajada y desconoció que existiera dicha enfermedad.

Castro coronó su negocio editando un libro sobre la salud de Cristina, en cada reportaje que le realizaban los medios dominantes disparaba un nuevo diagnóstico llegando a señalar que la presidenta era una “psicópata”.

Poco antes de que terminara su mandato la diagnosticó como bipolar además de señalar con una falta de ética evidente que la hermana de Cristina también lo era, según él se lo habían dicho unos médicos sin precisar quién fue.

En un reportaje el médico que ejercía por televisión declaró: “Las historias clínicas están protegidas por la confidencialidad en nuestro país, así como existe el secreto médico. Para escribir el libro me basé en fuentes cercanas a los profesionales que la atendieron y en declaraciones de quien fuera su psiquiatra, Alejandro Lagomarsino, fallecido en 2011, al colega Franco Lindner de la revista Noticias, él fue quién diagnosticó la bipolaridad”

Nos parecen aberrantes las actitudes de este médico y periodista, pero creemos que la mejor respuesta a estas canalladas las dio hace tiempo el periodista y Licenciado en Psicología, Santiago Gómez para la Agencia Paco Urondo y que nosotros reproduciremos porque fueron realizadas con una lucidez que desnuda las oscuras intenciones de Castro y sus patrones.

Escribió Gómez en esa oportunidad: “Con el objetivo de promover su enriquecimiento a través de la venta de libros, Nelson Castro volvió sobre el supuesto diagnóstico de bipolaridad de la Presidenta que habría realizado un psiquiatra que no está vivo para desmentirlo y esparció su tesis tanto en el diario PERFIL como en diversos medios del Grupo Clarín”

Y continuaba diciendo: “Sus palabras, lejos de evidenciar sólidos conocimientos científicos adquiridos durante su formación médica, muestran a las claras la ligazón entre la psiquiatría y la represión social que hay en los orígenes de dicha disciplina. “

Profundizando en el tema el psicólogo afirmaba: “Permítanme detenerme en dos aspectos que hacen a las profesiones de la salud y al periodismo. En ambas rige el secreto profesional, respecto a la fuente y a lo dicho por aquellos que nos honraron para atesorar su testimonio. La violación del mismo es un delito. Castro no tuvo el más mínimo cuidado en acusar de un delito a Lagomarsino, que falleció en el 2011 y no está presente para defenderse y desmentirlo, así como tampoco se preocupó por el efecto que en los otros pacientes del psiquiatra tendría el hecho de saber que quien los trataba habría tenido el estómago resfriado”

Concluyendo de manera categórica: “No creo en la validez de los diagnósticos, diez años de ejercicio profesional me han demostrado la inutilidad de los mismos, junto con los cientos de miles de personas que estuvieron o están internadas en manicomios por décadas sin que se les haya dado el alta. ¿Saben de alguna rama de la medicina que deje por años a una persona internada sin que esté en coma o imposibilitada de movilizarse? Me tienen sin cuidado los efectos de la palabra de Nelson Castro sobre la Presidenta, ya que dicen más de él que de ella. Pero sí me interesa relativizar la palabra profesional y restarle peso, porque mientras Cristina ha demostrado fuerza suficiente, son cientos de miles las personas y familias que por un diagnóstico psiquiátrico pueden ver arruinadas sus vidas o que ven que su palabra no tiene valor por haber sido diagnosticado psiquiátricamente o tomar psicofármacos en tiempos en que son un bien más de consumo”

Evidentemente el médico y periodista sólo tenía la misión de difamar con sus diagnósticos televisivos y con los chismes que le contaban terceros, con esto quedaba bien con su patrón y alimentaba la cuota de odio diaria que necesitaban consumir sus televidentes.

Macri te escucha

El presidente Macri asumió la presidencia procesado por la causa de las escuchas ilegales, pero al poco tiempo fue sobreseído por el juez Sebastián Casanello, la causa siguió con los otros implicados como el Fino Palacios y el espía Ciro James, hasta que una de las tantas Cámaras adictas al macrismo decidió declarar nula la causa y “aquí no ha pasado nada”.

Señalamos esto porque evidentemente hay una tendencia del macrismo para escuchar ilegalmente a aquellos a quienes considera adversarios o enemigos políticos.

No hay demostración más cabal de la decadencia del periodismo en épocas neoliberales que el programa del empresario periodístico Luis Majul, un operador de los servicios de inteligencia del gobierno y de sectores del nefasto Poder Judicial oficialista, que se ha dedicado a calumniar y perseguir a todos aquellos que tuvieran alguna relación con el kirchnerismo.

Pues todas las semanas durante un tiempo, en ese esperpento llamado “La cornisa” donde también participaba uno de los tantos denunciados como abusador por sus compañeras de trabajo, nos referimos a Ari Paluch, se pasaban escuchas ilegales sobre conversaciones telefónicas privadas que mantenía la ex presidenta con colaboradores.

Desde todo punto de vista, aún cuando algún juez haya dado la conformidad a estas escuchas, difundir estas grabaciones lesiona la intimidad de las personas, constituyendo un acto que va en contra de lo que dispone la mismísima Constitución.

El empresario hizo un show de la intimidad de Cristina, actuando una falsa postura escandalizada cuando a la ex presidenta se le escapaba alguna puteada, obviamente en todas esas escuchas no había un sólo acto ilegal y por lo tanto no se explica que se hayan procedido a grabar y muchos menos a difundirlas.

Lo que mostraba este acto aberrante que aún sigue impune es que el macrismo ejerce una persecución de los opositores y no tiene ningún empacho a recurrir a acciones claramente ilegales para luego encarar los ya famosos carpetazos que fueron efectivos para lograr poner de rodillas a dirigentes peronistas que les responden con una sumisión más propia de una mascota que de un legislador.

Ningún medio de comunicación se escandalizó porque la vida privada de una persona fuera expuesta de manera tan canallesca, muchos menos al comprobar los mecanismos propios de una dictadura que utiliza Cambiemos para acallar o castigar a los opositores.

Un dato no menor es que el canal donde trabaja Luis Majul es el segundo, luego de Clarín, en la recepción de pauta oficial, que es uno de los pocos rubros que no se ha reducido a pesar del ajuste bestial que está llevando a cabo el gobierno contra jubilados y trabajadores, gasto excesivo que le sirve para tener a la prensa canalla silenciada y tratando de mostrar “la revolución de la alegría”.

La alegría de los cipayos

La oposición a Cristina Fernández ha llegado a extremos que han llevado a algunos sirvientes del poder mediático a alegrarse cuando desde el exterior se actuaba en contra de los intereses nacionales.

Así ocurrió cuando el Juez Thomas Griesa decidió darle la razón a los fondos buitres reconociéndole una deuda usuraria que afectaba las finanzas de nuestro país.

Cabe mencionar que los fondos buitres utilizaron muchos de los argumentos de los medios concentrados como Clarín y La Nación para difamar al gobierno argentino de ese momento.

Alfredo Leuco fue uno de los que no pudo contener su satisfacción por la sentencia de Griesa y escribió una carta cargada de ironía destinada al juez de los Estados Unidos que tenía la inocultable misión de desacreditar a la presidenta y su gobierno.

Decía el exultante Leuco: "En Argentina no se respetan los fallos adversos y los jueces independientes se destituyen…Como se dará cuenta, estimado Mister Thomas Griesa, mi intención es ayudarlo. Y lo hago con absoluta buena fe y al solo efecto de contribuir en su cultura general para que disponga de todos los elementos y no nos obligue a ir a un default que a su vez nos llevaría a la quiebra como país".

Seguía diciendo el chistoso de Leuco: "Dear Mr Griesa quiero que sepa que hay diferencias culturales muy grandes entre ustedes, yankys, imperialistas, empleados de Magnetto y nosotros que estamos a favor de los pobres, de Vladimir Putin y honramos la memoria de Hugo Chávez".

Y más adelante  afirmaba “Por eso estimado Mister Griesa le digo que usted debería tomarse las cosas con calma, si la Presidenta dijo que no iba a acatar su fallo, para pagarle a los fondos buitres es porque no tiene dobleces, la Presidenta es coherente”.

Y concluía a toda risa: “Los argentinos sabemos de todo Doctor y estamos a la vanguardia de la traducción simultánea. God Save the Queen en Inglaterra tiene un significado acá significa Dios salve a Cristina o Dios nos libre y nos guarde. Hay sutilezas que usted no entiende Mister Griesa. Por eso se atrevió a fallar en contra de nuestro país. Para este gobierno una cosa perder un juicio, que es lo que ha ocurrido y otra cosa muy distinta es perder “el” juicio. Y ese es nuestro verdadero problema”.

Aunque pasó desapercibida para muchos, estamos ante una obra maestra del cipayismo, el periodista recién llegaba al grupo Clarín y debía hacer méritos para estar a la altura de lo que Magnetto le pedía y no se le ocurrió otra cosa que celebrar el fallo de Griesa porque el objetivo del grupo era uno sólo: desestabilizar al gobierno.

Pero recurriremos a la respuesta que le dio el periodista Hugo Pressman en su oportunidad que además tenía la virtud de que conocía personalmente a Leuco y que sabía perfectamente cual había sido el accionar en el pasado del periodista de radio Mitre y TN.

Comenzaba Presman su carta: “Cuando eras un joven militante del Partido Comunista, estoy seguro que nunca pensaste que alguna vez llegarías a escribir esto….Es como si te siguiera guiando, más allá de tus virajes, tu viejo mentor Don Victorio Codovilla que no tuvo inconveniente de marchar codo a codo con Spruille Braden, el embajador norteamericano para oponerse a Perón, como vos hoy lo hacés con “el compañero Griesa”, para oponerte a Cristina Fernández”

Continuaba con un sano consejo: “No se abraza al enemigo Alfredo, como lo hicieron los unitarios exiliados en Montevideo del gobierno de Rosas, y por eso apoyaron el bloqueo anglo francés de 1838 y 1845 que intentaban declarar la libre navegación de los ríos interiores y llegar con sus manufacturas a destruir al Paraguay, que con su proteccionismo fue el estado más desarrollado de América Latina en el siglo XIX.”

Y advertía sobre el papel que el odio juega en cualquier análisis político“No se puede hacer periodismo Alfredo, invadido por un odio efervescente y visceral que obnubila la visión y distorsiona todo lo que aborda…Es que el odio, Alfredo, se convierte en un par de anteojeras contra el entendimiento”.

Presman también mostraba conocer perfectamente como había llegado Leuco a ese ignominioso presente: “Pero no llegaste hasta aquí de casualidad sino transitando un camino barroso y en permanente pendiente. Siempre desmedido en el elogio al poder económico o en la crítica a quienes lo enfrentan. Cuando el gobierno entró en conflicto con las patronales del campo, eras columnista estrella de Radio Continental, cuyo slogan es “La radio que escucha el campo argentino”, con abundantes avisadores vinculados a la actividad, a la siembra directa y a la soja”.

Principalmente cual fue su posición en un momento que fue una clara divisoria de aguas en la lucha por disciplinar a la oligarquía terrateniente que tenía en Leuco a un fiel servidor: “Te alineaste con las patronales del campo, sobreactúas los posicionamientos del grupo Clarín (lo que ya es mucho decir) y del bisemanario Perfil, te abrazás con las instituciones establishment de los argentinos de origen judío. Tenés una rara capacidad, o sos víctima de la casualidad permanente, el estar siempre del lado del poder económico y mediático hegemónico. No sos entonces un fiscal sino un defensor y militante de sus intereses, mientras te envolvés en la bandera del pretendido periodismo independiente. Confundís llamativamente los roles, te ves como fiscal del poder cuando actúas como su defensor y el hombre común que mentas, rara vez cuenta con tus servicios”.

Y concluía Presman su excelente exposición: “Te aseguro Alfredo que me hubiera costado imaginar, allá por los primeros años del siglo XXI, cuándo mantuvimos varias conversaciones telefónicas, que llegarías a los extremos que transitás, de los cuales la carta a Griesa es tu obra maestra. Arturo Jauretche la hubiera incluido en su “Manual de zonceras argentinas”.

Tal vez discrepamos con Presman en que llamar apenas “zoncera” a la actitud vergonzosa y servil de Leuco parece al menos muy liviana, pero para no ahondar la grieta en este momento evitaremos buscar una palabra más contundente.

Miente, miente que algo queda

Los medios concentrados calumniaron a Cristina Kirchner mintiendo a sabiendas, armaron denuncias que luego eran receptadas por el Poder Judicial para instrumentar causas con alto impacto mediático pero que fueron deliberadamente montadas como instrumento para la campaña que permitió llegar al gobierno a esta oligarquía que hoy nos gobierna y que está llevando al país a un precipicio y a una caída estrepitosa del que nos costará el sacrificio de varias generaciones para lograr una recuperación.

Por cierto, que para poder demostrar la invalidez de esas denuncias debió pasar tiempo, hoy ya son claras las difamaciones que algunos periodistas al servicio de las corporaciones en colaboración con políticos cómplices e interesados debilitar el gobierno kirchnerista, pero esas mismas mentiras dichas en aquellos momentos eran difíciles de desmentir precisamente porque se invirtió la carga de la prueba y era el acusado quién debía demostrar su inocencia.

Comencemos a mencionar algunos de esos sucesos que la prensa canalla denominó  “La ruta del dinero K”, esta mentira fue montada por Jorge Lanata y Luis Barrionuevo y puesta en evidencia por uno de los denunciantes de ese momento, el financista Federico Elaskar.

Elaskar dijo ante un Tribunal Oral: “A mí, Luis Barrionuevo y Jorge Lanata me llenaron la cabeza diciéndome que Lázaro Báez me quería matar. Y como yo creía que Báez me debía cuatro millones de dólares, pensé que era cierto que me quería matar. Yo tenía 25 años y acepté decir en televisión lo que ellos me dijeron que dijera. Fue una operación política contra el gobierno de Cristina, porque querían instalar que el dinero era del kirchnerismo”

Luego de esta declaración el grupo Clarín se lanzó de desprestigiar a quién antes usaba de testigo  a lo que Elaskar le respondió también en el Tribunal: “Todos los caminos conducen a Clarín. No solamente Clarín miente con enrostrarme las cuestiones por parte del Sr. Santoro sino que lo ha hecho sistemáticamente en la causa…No es que yo tenga una cuestión particular a favor o en contra de la prensa pero honestamente dejen de mentir, dejen de mentir por favor, porque además ya nadie les cree”

Pero la frutilla del postre en este caso la produjo el sindicalista Barrionuevo cuando reconoció que apretó a Elaskar para que hablara en el programa de Lanata extorsionándolo con que si no hablaba Lázaro Báez lo iba a matar.

En esta causa el juez Casanello determinó que no había razones para enjuiciar a Cristina Kirchner a pesar de las reiteradas presiones realizadas por la Cámara macrista para forzar al juez a hacerlo, pero el daño ya estaba realizado y fue una de las razones que ayudó al triunfo de Macri, un triunfo concebido en base a mentiras, infamias y engaños.

La otra causa que fue crucial para el debilitamiento del gobierno de Cristina y que fue sin duda un intento de desestabilizarlo para que no llegara hasta el final, fue la falsa acusación que el gobierno kirchnerista era el instigador y el autor intelectual del asesinato del fiscal Alberto Nisman.

A esta altura caben pocas dudas que Nisman se suicidó, lo dijeron los peritos de la Corte Suprema, lo muestra la simple lectura de la causa y el libro del periodista Pablo Duggan que no deja lugar a dudas sobre las condiciones psicológicas del fiscal antes de su muerte y el simple análisis de la escena donde se encontró el cadáver de Nisman.

Sin embargo, fueron miembros de Cambiemos como Patricia Bullrich y Laura Alonso quienes presionaron al fiscal para que realizara la denuncia contra el gobierno de Cristina por el memorándum con Irán y quienes lo obligaron a presentarse ante un Congreso que lo estaba esperando para hacerle pasar un mal momento por la endeblez y la carencia de pruebas de su denuncia.

Llamativamente nunca se llamó a esas dos integrantes del PRO que deberían ser investigadas como posibles instigadoras del suicidio del fiscal.

Sin duda el gobierno de Macri ha tratado de forzar el destino de la causa introduciendo a los peritos de la Gendarmería, institución que a esta altura está para cualquier cosa ya sea para reprimir o para inventar un peritaje que responda a los deseos del oficialismo.

El peritaje de Gendarmería además de ser una vergüenza y muy poco creíble, desafía las leyes de la física, colocando en el reducido baño del departamento de Nisman a tantas personas que les resultaría imposible moverse, no ya asesinar a alguien.

También podríamos citar el invento de Lanata por el cual Cristina habría aprovechado una escala en Seychelles para abrir una cuenta off-shore, transcurrido tres años desde que dejó el gobierno no se le encontró a la expresidenta una sola cuenta en el exterior, en cambio si se le encontraron gran cantidad a Macri y sus familiares sin que Lanata se haya preocupado por dicho asunto.

Es más cuando el equipo de Lanata realizó esa falsa investigación envió gente a Panamá, donde no pudieron encontrar lo que luego se conoció como los Panamá Papers.

Otra causa absolutamente absurda fue la denominada causa de dólar futuro por la cual también se la acusa a Cristina sin que un sólo funcionario kirchneristas se haya beneficiado, pero no se investiga a los muchos funcionarios macristas y empresarios como Magnetto que sí se beneficiaron cuando fueron esos funcionarios quienes fijaron el nuevo precio del dólar.

Podríamos seguir, pero con esto creemos que es más que suficiente para mostrar como con mentiras se trató de instalar el falso “se robaron todo” que fue una de las razones que posibilitaron que hoy tengamos un gobierno nefasto.

A la cárcel con Cristina

Salvo Carlos Menen que estuvo detenido entre junio y noviembre de 2001 en una cómoda  quinta de su amigo Gostanián por la causa de la venta de armas a Ecuador y Croacia, los presidentes de la democracia no fueron a prisión por las causas que se le iniciaron después de dejar sus funciones.

Y no fue precisamente por falta de denuncias en su contra, Menem tuvo varias principalmente por corrupción y De la Rua tuvo la gravísima denuncia por dejar su gobierno luego de una sangrienta represión que se llevó la vida de 39 argentinos asesinados por las fuerzas de seguridad en un esfuerzo por evitar un nuevo fracaso del neoliberalismo.

Tal como ocurrió con De la Rúa y en el caso del mismísimo Macri en el caso de las escuchas ilegales, los jueces determinaron que la responsabilidad llegaba a funcionarios de menor rango y nunca al presidente.

Sin embargo, durante el gobierno de Cristina los medios instalaban la idea que cualquier cosa negativa que ocurría en el país era responsabilidad de la presidenta: había un crimen en un intento de robo ya sea en Capital o Provincia y la responsable era Cristina; se inundaba alguna provincia la responsable era Cristina y los periodistas se calzaban las botas y se subían a los botes, ahora se inunda y la noticia apenas si se conoce.

Ahora que ya no es presidenta, algunos periodistas oficialistas devienen en jueces y piden diariamente que la ex presidenta sea detenida, Majul lo reclama todas las semanas, de la  misma manera que lo piden los Leucos.

Pocas veces el periodismo se animó a insultar y difamar a un presidente como lo hicieron los periodistas serviles a los poderosos con Cristina, un misógino y fascista como Eduardo Feinmann la llama diariamente como la “jefa de la banda” y “coimera” por esto último tiene un juicio por calumnias e injurias de parte de la ex presidenta.

Sin embargo, nunca Majul alentó la prisión para Menem, De la Rúa y mucho menos Macri que le paga una abultada pauta oficial al grupo económico para el cual trabaja, porque además no es la función de un periodista determinar si un político o cualquier argentino deben ir a prisión o no.

Tampoco escuchamos a Feinman llamar contrabandista a Macri, causa de la cual fue salvado por la Corte Suprema menemista, o asesino a De la Rúa, sin embargo con Cristina sí se anima, como también se animó a insultar a Hebe de Bonafini.

Todo esto forma parte del grado de decadencia en la que está sometido el periodismo, donde los medios han sido invadidos por misóginos y facistas que con el macrismo han salido del closet y se animan a decir cualquier cosa de los gobernantes democráticos y populares más aún si se trata de una mujer.

Obviamente la desesperación de estos mercenarios es porque a pesar de las calumnias e infamias existe un tercio de los argentinos que seguimos creyendo que Cristina es la mejor opción para enfrentar esta política represiva y de empobrecimiento generalizado que lleva adelante este nefasto gobierno.

La histórica lucha de las mujeres

Muchas veces en nuestro país las mujeres han sido la vanguardia en la lucha por el reconocimiento de derechos porque han tenido el coraje para enfrentar a los sectores más retrógrados que suelen ser quienes detentar el poder.

La lucha de Eva Perón, también difamada por una oligarquía rapaz, por el derecho de las mujeres y la dignidad de los más humildes, la valentía de las Madres de Plaza de Mayo confrontando a una dictadura sangrienta para obtener “Memoria, Verdad y Justicia”, la búsqueda pertinaz de las Abuelas de Plaza de Mayo para encontrar a sus nietos en lo que fue una extraordinaria demostración de amor y el gobierno transformador de Cristina Fernández de Kirchner, son antecedentes de esta lucha actual.

La marea verde primero, y luego las denuncias de Calu Rivero y Thelma Fardín, con la solidaridad del colectivo Actrices Argentinas han colocado a las mujeres argentinas nuevamente a la vanguardia de nuestra sociedad en su lucha contra el machismo sustentado por los sectores más retrógrados del país, en un combate que de triunfar hará mejores personas a hombres y mujeres.

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