El Forjista

Triunfó la democracia, perdieron Clarín y La Nación

Octubre de 2009

La aprobación de la Ley de Medios Audiovisuales significó uno de los mayores logros obtenidos por nuestra democracia, reivindicando en parte, a la llamada clase política que durante 26 años no fue capaz de modificar una ley de la dictadura y mostrando que sólo con políticos que no se dejen chantajear por los grandes grupos económicos se puede encarar el cambio que nuestro país necesita.

Esta ley fue canallescamente distorsionada por esos grupos y aquellos periodistas obsecuentes de sus patrones que actuaron como fanáticos cruzados intentando por todos los medios que el público no llegara a conocer los objetivos democráticos que esta ley planteaba.

Este triunfo implicó la participación, militancia y duro de trabajo de mucha gente que a lo largo del país intervino para diseñar una de las legislaciones más democráticas y participativas de que se tenga memoria. Artistas, universidades, organizaciones de derechos humanos, radios comunitarias dieron su opinión y la apoyaron, pero ninguno de ellos tuvo cabida en esos oligopolios.

Descaradamente el grupo con mayor concentración no dudó en distorsionar y mentir para evitar que la verdad sobre la Ley llegara a los oídos de los espectadores, el canal de noticias del grupo que debía ser rebautizado TODO MENTIRAS no se privó de nada, haciendo aparecer a intendentes o sacerdotes haciendo declaraciones en un contexto totalmente diferente, incluso con opiniones que fueron realizadas mucho antes de la discusión por la ley. Radio Mitre hasta hizo opinar a los muertos, cosa que implicó la intervención de alguno de sus allegados que solicitaron que se dejara de utilizar los nombres de sus familiares fallecidos.

Así como la participación a favor fue realmente magnífica, aquellos que se opusieron en este caso en los nombres de los impresentables Bergman, De Angelis y Castells apenas pudieron juntar a un grupito que sólo la fantasía de Clarín elevó a 7000 personas.

Aquellos que se opusieron quedaron al descubierto principalmente por la falta de argumentos que mostraron especialmente en la Cámara de Diputados donde eludieron el debate y terminaron retirándose. Debe eso si elogiarse la sinceridad de Elisa Carrió que no dudó en afirmar que no tenía ningún inconveniente de servir los intereses de los grandes grupos económicos, eso si todo en nombre de la "libertad".

Lamentablemente junto a este gran triunfo democrático los supuestos periodistas estrellas del grupo Clarín inscribieron una de las páginas más vergonzosas en la historia del periodismo argentino, muchos de ellos que se cansaron en anunciar el fin del kirchnerismo y su soledad, ahora se rasgan las vestiduras afirmando que ese sector político está concentrando demasiado poder, eso sí en ningún lado se los escucha realizar una autocrítica por las habituales pifiadas de sus pronósticos.

Recordemos que el periodista estrella Van Der Kooy ya anunció que el gobierno iba a adelantar la elecciones para 2010 si perdía las elecciones, y más recientemente indicó que el gobierno nacional quería reemplazar a Scioli en la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Miente, miente que algo queda, decía Goebells.

No bastó que en ambas Cámaras la votación contara con una holgada mayoría a favor de la ley, trataron de poner un manto de duda sobre las convicciones de los que votaron a favor, volviendo a mostrar una doble moral que aplaude cuando el que cambia de bando pasa a la oposición , como Cobos, Reuttemman o Solá o los múltiples saltos de Patricia Bullrich, otorgándoles una gran espacio en sus pantallas y micrófonos, pero saltan escandalizados cuando un opositor decide a apoyar una medida del gobierno. Son los mismos que aplauden los piquetes de los grandes terratenientes pero se muestran irritados cada vez que los trabajadores o estudiantes cortan una calle.

Quién ganó no fue el gobierno nacional, fueron una gran cantidad de organismos populares que vienen bregando incansablemente por una comunicación participativa y democrática, de ellos es la victoria, son los personeros de los monopolios quienes resultaron derrotados. Pero no hay que bajar los brazos tratarán por todos los medios de no cumplir con la ley y nuevamente buscarán presionar y chantajear a los políticos para que legislen de acuerdo a sus espúreos intereses. Si esta discusión de algo sirvió fue para ponerle nombre y apellido a aquellos que disfrazados de políticos no son más que meros sirvientes de los intereses de los grupos económicos.

Sin duda la democracia obtuvo uno de sus mayores logros en 26 años, pero de ninguna manera esto se termina aquí hay que seguir intensificando todas aquellas medidas que impliquen la participación popular y la defensa del patrimonio nacional.

Volver a la Página Principal