El Forjista

Editorial

 

La Sociedad Rural manda, la oposición obedece

Agosto de 2010

¿Quién otro sino Joaquín Morales Solá podía coordinar una reunión convocada por la Sociedad Rural para reclamar la eliminación de la retenciones, de ser posible, o conformarse con una sustanciosa rebaja, si lo primero no tiene el apoyo suficiente?
Con una cosecha récord de soja, un incremento considerable en los otros cereales y un sostenido crecimiento de la producción de carne vacuna, luego de la sequía que afectaron las cifras del año pasado y contradiciendo los pronósticos apocalípticos que promovieron los mismos representantes políticos y gremiales de la Sociedad Rural, la producción del campo muestra un estado ostensiblemente favorable y en la ganancia de los productores un crecimiento proporcional, sólo la angurria de los terratenientes puede justificar esta solicitud de eliminar las retenciones.
Esta oligarquía ha tenido desde siempre a su vocera en el diario La Nación, al que se ha sumado más recientemente el diario Clarín, en ambos grupos económicos presta sus servicios Morales Solá, al que no sabemos muy bien porque se insiste en calificarlo de periodista.
Los políticos de la oposición y otros invitados respondieron obedientemente a la convocatoria de la Sociedad Rural. Contaron con un constitucionalista todo terreno Daniel Sabsay, dispuesto a justificar cualquier cosa que pretendan los grandes grupos económicos, y que dio una visión del fin de las facultades delegadas del P. E. que ni los propios concurrentes a la reunión dieron credibilidad a sus forzados argumentos.
Los políticos estuvieron comandados por Elisa Carrió convertida en la abanderada en la defensa de los intereses de las grandes corporaciones promocionando la eliminación lisa y llana de las retenciones. Estuvo acompañada por una de las pocas personas de confianza que le queda, la diputada ex peronista, ex cavallista , ex delarruista, Patricia Bullrich, defensora de la rebaja del 13% a los jubilados del gobierno que integró y ahora reconvertida en sostenedora del 82 % móvil.
El radicalismo estuvo representado por Oscar Aguad y Gerardo Morales, éste último también funcionario de De la Rua y mentor de la rebaja a los jubilados, hoy también defensor del 82 % móvil. Los radicales insisten en autocalificarse como progresistas, lo cual dura hasta que llegan al gobierno momento en que se tornan fervientemente conservadores.
Los peronistas impresentables estuvieron representados por el breve ex presidente Adolfo Rodriguez Saa, el declarante del default. El otro es un viejo asociado de la Sociedad Rural, Felipe Solá, secretario de agricultura del menemismo, durante su gestión se permitió el ingreso al país, sin ningún tipo de investigación, de la soja transgénica y el glifosato, comenzando un fabuloso negocio que incrementó las ganancias de la multinacional Monsanto y de un grupo de rapaces terratenientes y pooles de siembra.
Completemos el plantel de los convocados por la Rural con Margarita Stolbizer, al que los medios concentrados insisten en ubicar en el “centroizquierda” y al diputado que tiene un nombre y un apellido asociado por décadas a la oligarquía, integrante del PRO, Federico Pinedo.
Dejamos para el final al inexplicable diputado salteño Alfredo Olmedo, dueño de 35000 hectáreas, y conocido como “El rey de la soja”, por lo cual tiene un claro interés personal para defender enfáticamente la reducción de las retenciones. Este diputado tuvo un comportamiento detestable en la reciente discusión del matrimonio igualitario mostrando una mentalidad retrógrada y discriminadora, poniendo en evidencia toda su ignorancia y mala educación.
 Este panorama del Partido Sojero como agrupamiento que comanda la oligarquía terrateniente y que siguen como borregos políticos,  pseudos periodistas y constitucionalistas funcionales han puesto ante los ojos de todos los argentinos su descomunal ansia de lucro y el desinterés absoluto por el bienestar general.
Un país que pretenda desarrollarse y tener un destino soberano no puede apoyar a empresarios de esta calaña y mucho menos contar con una clase política que vive arrodillada antes los deseos de la caduca oligarquía.

Volver a la Página Principal