El Forjista

La proscripción a Cristina

 

El putrefacto Poder Judicial decidió proscribir a Cristina Fernández de Kirchner sin prueba alguna, no obstante, habría que recordar que no es la primera proscripta del Movimiento Nacional.

Primero fue Milagro Sala detenida por el tirano jujeño Gerardo Morales que colocó a sus correligionarios en la Corte Suprema para de esa manera iniciar la persecución a la Tupac Amarú y a todos aquellos que osaran protestar contra su prepotente gestión. La complicidad del peronismo jujeño explica gran parte de la detención de Milagro, al igual que la pasividad del gobierno nacional que se sigue reuniendo amistosamente con el gobernador del feudo.

Luego presenciamos como Julio De Vido era desaforado con el voto de integrantes de su propia bancada, cuando en Juntos por el Cambio nunca aceptaron el desafuero de ninguno de sus miembros, aun cuando hubiera una condena judicial, o cuando se conoció que al menos tres integrantes de esa bancada le quitaban parte del sueldo a sus empleados, De Vido fue detenido luego de ser desaforado mediante el armado de causas en su contra que son parte de lawfare de la mafia judicial macrista.

A continuación fue el turno de Amado Boudou, detenido de manera oprobiosa donde fue fotografiado en su casa en pijamas para que las fotos sean expuestas por los medios de la oligarquía, Amado también paso tiempo en prisión y fue proscripto de por vida, tiempo después se conoció que el gobierno le pagó a un testigo para que declarara en su contra, y con eso sólo fue suficiente para que los jueces del macrismo lo condenaran.

Boudou fue castigado por ser el ideólogo de que los jubilados recuperaran los fondos de las AFJP, terminando con un negociado infame que realizaban bancos y otras empresas como Clarín, ante esta injusta condena el peronismo permaneció callado.

Ahora le tocó el turno a vicepresidenta, y dos veces presidenta, la dirigente de mayor convocatoria popular quedó inhibida por sicarios judiciales de la oligarquía, cumpliéndose lo que ella había dicho desde un principio que la condena ya estaba escrita, y que no importaron las pruebas que destruyeron los argumentos de los fiscales que como supimos son compañeros de futbol con elo jueces en los partidos que se juegan en la quinta de Macri.

En todos los casos hubo al menos complicidad del peronismo, muchos de los integrantes de la bancada le votaron casi todo a Macri, incluyendo a los miembros de la Corte que el macrismo pretendió hacer entrar por la ventana.

Es cierto que el macrismo instaló en Comodoro Py y en la Corte Suprema a una mafia, pero en eso hubo muchas complicidades de los que fueron capaces de sostener las convicciones en alto y capitularon ante las presiones de la derecha.

También se llega a esta situación por la pasividad de este gobierno que perdió dos años con la ministra Losardo en Justicia que no hizo absolutamente nada para modificar el estado de corrupción en la justicia, eso sí concurrió a la asunción del procurador de Larreta, Juan Bautista Mahiques, uno de los que viaja con los gastos pagos por Clarín, en el caso de Losardo, lo cortés si quitó lo valiente.

El gobierno perdió un tiempo precioso colocando en un puesto clave a una inútil o cómplice del macrismo, y después justificó su inacción diciendo que no estaban los números en el Congreso.

Cristina dijo que la persecución del lawfare llevaba como objetivo el de disciplinar a la clase política, precisamente el gobierno de Alberto es el mejor ejemplo de eso, un gobierno que muestra la falta de coraje en cada una de sus decisiones o mejor dicho en su falta de decisiones.

Alberto condujo el gobierno del “no se puede” y eso se puso en evidencia con Vicentín, la Hidrovía, la Ley de Medios y la leyes para modificar el poder judicial, como con muchas otras indecisiones que están llevando a una situación donde la derecha ya da por seguro su regreso, que como sabemos será aún peor que la que encabezó Macri, y empeorar eso ya es demasiado.

Si el peronismo pretende tener alguna posibilidad en 2023 muchas cosas habrá que modificar, pero por sobre todas las cosas, necesitamos candidatos y gobernantes que se contagien del coraje que siempre mostraron tener nuestros líderes: Perón, Eva, Néstor y Cristina.

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