El Forjista

Un gobierno que funciona a gas... pimienta

La inmensa movilización en contra del ajuste de Cambiemos ha confirmado el axioma que afirma que no es posible aplicar un plan de ajuste sin represión.

El accionar violento que el gobierno macrista aplica desde sus inicios ya ha tenido dos víctimas: Santiago Maldonado, producto de la represión ilegal de la Gendarmería y Rafael Nahuel asesinado por la espalda por la Prefectura, estas dos fuerzas han actuado bajo las órdenes directas de la ministra Patricia Bullrich, cuya renuncia ya han reclamado los más diversos sectores.

Otra confirmación de estos días es que el PRO ha sido sumamente ingrato con sus votantes, muchos de los cuales son jubilados o personas próximas a jubilarse.

Este ataque del gobierno ha tenido como respuesta los cacerolazos en aquellos barrios en que el macrismo ganó las elecciones con holgura, protesta de la que participaron muchos de los que apenas dos meses votaron a favor del ajuste neoliberal, tal vez pensando que ellos se encontraban a salvo de la codicia de estos empresarios que nos gobiernan.

No hay que olvidar que la prensa cada vez más canalla le está reclamando al gobierno más represión y si es posible algún muerto también, para que de una vez por todas, quienes resisten el ajuste tengan su merecida represalia, son los mismos medios de comunicación que salieron de la dictadura con las manos manchadas de sangre y con las cuentas bancarias de sus dueños muy abultadas por la colaboración brindada a los tiranos.

El gobierno obtuvo una victoria pírrica, si bien consiguió su objetivo de saquear a los jubilados, esta inconstitucional maniobra le está permitiendo a muchos argentinos abrir los ojos y darse cuenta de las verdaderas intensiones del PRO y su furgón de cola, el radicalismo en extinción.

También quedó en evidencia las mentiras de los medios hegemónicos quienes intentaron ocultar una protesta de casi medio millón de manifestantes y de los caceroleros que hicieron escuchar su voz en gran parte del país.

Cualquier transformación de la calamitosa situación actual requiere que una gran mayoría de argentinos se percaten que no es posible confiar en la basura que cotidianamente nos arrojan Clarín, La Nación, Infobae y el grupo Vila-Manzano que tiene como principal vocero al fascista de Eduardo Feinmann que es uno de los que alienta con mayor entusiasmo la represión al pueblo.

Estas jornadas históricas de resistencia al ajuste liberal sirven para sacar importantes conclusiones para continuar la lucha.

Por cierto que la principal enseñanza es que la movilización popular es el camino más contundente para contener el avance del macrismo.

Este gobierno en apenas dos meses ha perdido gran parte del consenso y apoyo logrado en las elecciones de octubre.

Muchos de los votantes macristas pudieron ver la verdadera cara del monstruo que viene a saquear a los más desprotegidos, otros de sus votantes en cambio se relamen y festejan cada una de las salvajadas de Cambiemos.

También quedó claro las acciones canallescas e irresponsables de los medios de comunicación de la oligarquía que a los gritos le piden a las fuerzas represivas que actúen con más saña aún.

Los reflectores se posicionaron para mostrar a todos los traidores a la causa nacional que quedaron a la intemperie mostrando sus miserias y su temor a los poderosos.

Las cosas están mucho más claras después de estas jornadas de lucha, sabemos quién es el enemigo y quienes les sirven sumisamente, atemorizados por algún carpetazo, o beneficiados con la banelco o con “sanguchitos” que el PRO reparte con generosidad.

También es muy importante haber logrado la confluencia de muchos sectores que hasta hace poco se desconfiaban mutuamente y que ahora están dispuestos a marchar juntos para frenar al gobierno de saqueadores.

Así como el cacerolazo de sectores de clase media contra el gobierno, que ayudaron a instalar, sorprendió a casi todos los comentaristas políticos, seguramente la movilización popular que es la mayor herramienta con que cuentan los pueblos para resistir la injusticia de los explotadores, permitirá que nuevos sectores se sumen a la lucha y dejen a los salvajes ajustadores en una ínfima minoría, ese será el momento de un nuevo triunfo del pueblo.

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