El Forjista

 

Las empresas tecnológicas y el Estado Policial

 

Se han escrito cientos de libros y artículos periodísticos que ensalzan a los dueños de las empresas tecnológicas, se los muestra como geniales innovadores y se ha creado en torno a ellos un halo de rebeldía e informalidad que intenta alejarlos de la imagen de aquellos viejos patrones codiciosos, siempre muy cercanos al poder político.

Pero existe un lado oscuro en estos empresarios modernos que ha sido meticulosamente ocultado por todos aquellos encargados de producir páginas que son apologías apenas disimuladas.

Esos escritos elogiosos nos muestran empresas modelos que tienen hasta sala de juegos para que sus empleados puedan dedicar parte de su jornada a distraerse con videos juegos, o jugar partidos de ping-pong o de pool.

Pero lo que no se dice es que raramente en esas empresas se respeta la jornada laboral de 8 horas, los empleados difícilmente puedan saber a que hora retornan a sus casas, además los hay quienes deben sacrificar horas del fin de semana sin que se reconozcan horas extras.

Aquellas empresas que respetan la jornada de sus empleados difícilmente necesiten crear un salón de juegos, porque los trabajadores seguramente preferirán jugar en sus casas a los videos juegos, o ir a un club a jugar al ping pong o a realizar otro deporte.

Es conocida la presión extrema que ejercía Steve Jobs sobre sus empleados que pasaban meses trabajando los fines de semanas y estableciendo una jornada ilimitada que los dejaba al límite de la extenuación.

Tampoco las empresas tecnológicas modernas son diferentes al comportamiento de los viejos patrones explotadores en el momento en que las ganancias no son las esperadas por los accionistas, procediendo a descargar el peso sobre sus trabajadores produciendo despidos masivos.

Otro mecanismo que evidencia la codicia de estas empresas es que algunas de ellas han derivado su producción de algunos de sus insumos en países donde se utiliza mano de obra esclava que incluye la explotación infantil. Muchas de estas compañías producen productos para personas de altos ingresos, o sea que pueden pagar precios abultados, si se recurre a explotar mano de obra esclava, la única finalidad es incrementar aún más sus fabulosas utilidades, nuevamente aquí se podría señalar a Apple como ejemplo de este comportamiento de codicia sin límites.

Pero el tema sobre el que nos extenderemos un poco más en este artículo es sobre la complicidad de estas empresas en el intento del gobierno de los Estados Unidos de crear un estado policial donde todos los ciudadanos estén vigilados para evitar rebeldías y cuestionamientos al poder.

La lucha de Snowden

Edward Snowden es un ingeniero de software que trabajaba para la National Security Agency (NSA), puesto al cual llegó porque consideraba que de esa manera podía servir a su país, pero que fue descubriendo paulatinamente manejos que lo llevaron a desilusionarse con el papel que cumplía la agencia de inteligencia.

El periodista Glenn Greenwald fue elegido por Snowden por su militancia en la defensa de los Derechos Humanos, para dar a conocer los documentos secretos de la NSA, producto de esa proeza periodística escribió un libro titulado “Snowden, sin un lugar donde esconderse” al cual recurrimos para escribir este artículo.

Snowden fue conociendo muchas de las acciones secretas e ilegales que realizaba el gobierno de su país: ataques con drones que no eran otra cosa que asesinatos masivos, detenciones ilegales y torturas, pero sobre todo eso no podía hacer nada.

Sobre lo que sí podía actuar era haciendo conocer que la NSA estaba espiando de manera ilegal a ciudadanos estadounidenses y extranjeros sin ninguna orden judicial, lo hacía sin que el pueblo se enterara y al cual le mentían descaradamente, diciendo que sólo espiaban a sospechosos terroristas.

La NSA comenzó hace años a recolectar una cantidad inmensa de información sobre comunicaciones telefónicas, chats de Internet, mails, sitios a los que ingresaban los usuarios, y hasta llegaron a ingresar a las computadoras personales.   

Casi no quedaba resquicio en que los ciudadanos no estuvieran vigilados por la agencia de inteligencia, lo que había comenzado con la excusa de combatir el terrorismo, la NSA ya no se limitaba a sospechosos, la información de todos los ciudadanos se encontraba en poder de la agencia.

Obviamente el hecho de que nuestras conversaciones telefónicas, mails o sitios de Internet puedan ser consultados por la NSA significa un grave atentado a la libertad individual.

Cuando Snowden dio a conocer los documentos secretos de la NSA se produjo una gran revuelo pero hubo dos sectores, además de la agencia, que fueron puestos en evidencia, los medios de comunicación que en todo momento intentaron minimizar las responsabilidad del gobierno y las empresas tecnológicas que brindaron toda la información burlando la confianza de sus usuarios.

 

La hipocresía de Google y Facebook

La primera reacción de las empresas tecnológicas fue decir que no sabían nada sobre la actividad de la NSA, pero cuando comenzaron a aparecer los documentos secretos quedó en claro que las empresas habían colaborado con la agencia de inteligencia, permitiendo su acceso a los servidores de las empresas.

Una vez puestos en evidencia, los dueños de estas empresas trataron de quitarle importancia al abuso de poder del gobierno señalando que en verdad la privacidad era un valor que perdía significación y que debía pensarse en resignarlo producto de la modernidad.
El gobierno estadounidense y las empresas beneficiadas por los negocios con la NSA han intentado convencer a la población que la privacidad no tiene importancia, que la invasión sin permiso en la vida de las personas forma parte de las nuevas tecnologías.

El presidente de Google, Eric Schmidt, una de las empresas que con más ahínco ha colaborado en la conformación de un Estado Policial, ha realizado la siguiente declaración: “Si haces algo que no quieres que sepa nadie, quizá para empezar no deberías hacerlo”.

Mientras que otro cómplice la NSA, el presidente de Facebook, Marck Zuckerberg dijo en el 2010: “La gente está realmente cómoda no sólo compartiendo más información de diferentes tipos, sino también de forma más abierta y con más personas” y agregaba que en la era digital la privacidad no era una norma social, idea que proviene de una empresa que comercia con la información personal.

Pero mientras se accede ilegal y abusivamente en la vida de las personas, los actos de los gobiernos y las multinacionales se vuelven más opacas.

Por ejemplo, mientras el presidente de Google desprecia la privacidad, su empresa esconde sus enormes ganancias y los aportes realizados a las campañas políticas.

De igual forma Zuckerberg compró cuatro casas adyacentes a las suyas por un valor de 30 millones de dólares con la sola finalidad de preservar su privacidad, mientras Facebook se mete en la vida de todos nadie debe husmear en la de su presidente.

Así explicaba Greenwald esta cuestión: “El problema no es la hipocresía de quienes menosprecian el valor de la privacidad al tiempo que protegen a fondo la propia, aun siendo algo llamativo, sino en el deseo de privacidad es algo común a todos, una parte esencial, no secundaria, de lo que significa ser humano”.

 

El Comisario Bill Gates

De los documentos filtrados quedó registro de los servicios de las empresas tecnológicas con la NSA entre ellas Yahoo, Google, Facebook, Apple y sobre todo Microsoft que colaboró para que la agencia de inteligencia pueda espiar a través del uso del Outlook y Skype.

Microsoft se encuentra entre las empresas que más han ayudado a la NSA a espiar a los ciudadanos de todo el mundo, esto nos dice Greenwald: “Quizá donde se percibe mejor la estrecha colaboración entre la NSA y las empresas privadas es en ciertos documentos relativos a Microsoft, reveladores de los grandes esfuerzos de la compañía para procurar a la NSA acceso a varios de sus servicios online más utilizados, entre ellos Sky Drive, Skype y Outlook”.

Skydrive es una aplicación que permite a los usuarios resguardar archivos online para acceder desde cualquier plataforma, Microsoft trabajó durante meses para permitirle al gobierno un acceso fácil a esos archivos, un documento de la NSA del 8 de marzo de 2013 se congratula que la NSA podrá ingresar con PRISM a Skydrive aclarando que: “Este éxito resulta de los muchos meses de colaboración del FBI con Microsoft para consolidar esta solución de recogida y asignación de tareas”.

A finales del 2011 Microsoft compró Skype la aplicación que permitía mantener conversaciones de chat y telefónicas por internet, tenía unos 663 millones de usuarios. La hipocresía de Microsoft quedó patentizada cuando la empresa aseguró que: “Skype está comprometida a respetar tu privacidad y la confidencialidad de tus datos personales, el tráfico y contenido de las comunicaciones”.

Sin embargo, un documento del 3 de abril de 2013 indicaba que: “PRISM tiene una nueva capacidad de recolección: las comunicaciones almacenadas en Skype”, o sea que le entregaba la información de sus clientes al gobierno.

También Microsoft promocionó la nueva versión del Outlook prometiendo un alto grado de encriptación para proteger la privacidad bajo un lema publicitario que decía “tu privacidad es nuestra prioridad”, pero la NSA se ocupó de inmediato de saltear la encriptación para poder acceder a los correos en un acuerdo con la propia Microsoft.

Un documento del 26 de diciembre de 2012 anunciaba que en programa de colaboración entre el FBI y Microsoft habían encontrado la forma que la encriptación no fuera un problema. Por esta ayuda permanente correspondería que a Bill Gates se le otorgue el grado de comisario.

     
              

   

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