El Forjista

Clarínlandia

Si algo quedó claro luego de las PASO fue que la única barrera que tienen las clases dominantes para aplicar su plan de hambre y entrega es Cristina Fernández de Kirchner.

El escandaloso fraude consumado en la Provincia de Buenos Aires para ocultarle a los votantes el triunfo de Unidad Ciudadana, y la manipulación de los sufragios en Santa Fe, para que no saliera en los titulares de los diarios que Agustín Rossi había triunfado en esa provincia, pone de manifiesto que sólo el kirchnerismo se anima a enfrentar a la oligarquía gobernante.

Casi todos aquellos dirigentes, que posando de peronistas, se dedicaron a apoyar desvergonzadamente las políticas neoliberales de Cambiemos han sufrido una estruendosa derrota, que la prensa canalla ha intentado cuidadosamente de mantener en las sombras.

Con toda la razón los votantes se han preguntado ¿por qué votar imitaciones si se puede votar al original?.

El conservador cordobesismo de De la Sota y Schiaretti, el servilismo de Massa a los poderosos, el intento de Magnetto de quitarle votos a Cristina con la candidatura de Randazzo, todos ellos resultaron derrotados y su capitulación quedó en evidencia.

Cristina es la única opción para frenar el salvaje ajuste que el gobierno está preparando para después de las elecciones.

Estos tramposos que gobiernan han demostrado ser capaces de cualquier crueldad como mantener en prisión a Milagro Sala desconociendo los reclamos de Organismos Internacionales, ser cómplices de la Gendarmería en la desaparición de Santiago Maldonado, reprimir sin medir las consecuencias a trabajadores y desocupados, y todo esto para beneficiar a los amigos y familiares del presidente.

Las acciones de este gobierno están poniendo en evidencia que la democracia en nuestro país pende de un hilo, está en serio peligro de ser arrasada por la conducta autoritaria de un gobierno que sólo respeta el lucro de los grandes empresarios.

El triunfo de Cristina en las PASO que el gobierno y la prensa canalla intentaron birlarle por medios antidemocráticos, tiene visos de hazaña.

Que en estos tiempos, con la influencia todo poderosa de los medios de comunicación y en una provincia tan inmensa, una candidata haya ganado sin salir en los programas de los canales de aire, casi sin publicidad en los espacios públicos, difamada cada minuto por el periodismo mercenario y perseguida por un Poder Judicial al servicio de los poderosos, mientras que sus adversarios prácticamente se instalaron en los estudios televisivos para aparecer en todos los programas con interlocutores que se mostraba descaradamente sumisos, así y todo, ni con fraude pudieron vencerla.

Además debió enfrentar a los opooficialistas como Massa y Stolbizer que no tuvieron ningún empacho en señalar que su objetivo era frenar a Cristina, y hasta sugirieron que debía ser proscripta, son estos mismos los que le votaron todas las leyes que el gobierno necesitaba para imponer un proyecto al servicio de intereses mezquinos de un puñado de familias poderosas.

Un símbolo de estos tiempos es que el gobierno haya rendido pleitesía al vicepresidente de los Estados Unidos y que al otro día el presidente argentino se haya operado la rodilla, en lo que posiblemente haya constituido el aval del gobierno para la agresión que el imperialismo intenta en Venezuela.

Mientras se humilla ante el imperialismo norteamericano el macrismo se aleja cada día más de los países latinomericanos reeditando la política de subordinación de relaciones carnales.

Cristina enfrentó al establishment en condiciones más que complicadas, con un árbitro parcial, y aun así triunfó, ahora es necesario replicar este triunfo y para eso debemos convencer a aquellos que se sienten opositores y que votaron por opciones distintas a las de Unidad Ciudadana, porque es precisamente esta agrupación la que cuenta con una candidata a Senadora a la que nunca le tembló el pulso para enfrentar a los poderosos que creen ser dueños de la Argentina y que nos están llevando irremediablemente hacia el abismo.

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