El Forjista
Diciembre de 2007
Si en nuestro sitio nos hemos referido al gobierno
de Néstor Kirchner ha sido sobre temas puntuales, la mayoría
de la veces en un tono crítico, una vez finalizado el mismo
tal vez sea la hora de reflexionar más extensamente sobre los
logros y los desaciertos de esa gestión.
A diferencia de los gobiernos que lo antecedieron, entendemos que
hay aspectos positivos del gobierno que deben ser reconocidos, y como
todo balance debe incluir todo, tanto las luces como las sombras.
Pero antes que nada, debemos consirar la situación política,
social y económica en que llegó al gobierno Néstor
Kirchner.
Aunque los periodistas no se dieran cuenta, en diciembre de 2001 con
la caída del gobierno incapaz e impopular de De la Rua, se
produjo un importante cambio en la mentalidad de gran cantidad de
argentinos.
Muchas de las falsas ilusiones se derrumbaron, muy particularmente
las mentiras de los liberales y de sus socios, los organismos financieros
internacionales, que nos inculcaron que no podríamos vivir
sin sus forzadas recetas. Los argentinos no debíamos decidir
por nosotros mismos porque no estábamos capacitados para hacerlo,
la economía debíamos dejarla en manos de sus representantes:
Cavallo, Roque Fernandez, Machinea y demás, sabrían
que hacer con nuestra economía.
Pero todo estalló por los aires, el decorado del FMI no era
más que cartón pintado, las calles se llenaron de gente
dispuesta a protestar, se sucedieron cacerolazos, asambleas en parques
y plazas, e interminables marchas de piqueteros.
En ese marco nunca podía asumir un gobierno que viniera con
las mismas recetas pergeñadas en la cocina del liberalismo,
el kirchnerismo asumió tomando debida cuenta de este cambio.
Lo bueno
Comencemos por los aspectos rescatables del gobierno
de Kirchner, tal vez el más importante haya sido la política
de Derechos Humanos, que con la aprobación en el Congreso de
las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los indultos, dio comienzo
a una serie de juicios a los represores de la dictadura que pusieron
fin a largos años de impunidad.
Por supuesto que esta decisión debió contar con la participación
activa de varios sectores, principalmente de los organismos de Derechos
Humanos, pero indudablemente contó con la voluntad política
del gobierno nacional para llevarlos a cabo.
Otro aspecto con el que coincidimos plenamente es con la política
de Relaciones Exteriores, que terminó con la política
de “relaciones carnales” con los Estados Unidos que aplicaron
tanto Menem como De la Rua, para apuntalar una política centrada
en la vinculación fraternal con los países de América
Latina, a nuestro entender ese es el único rumbo posible si
pretendemos tener una Nación soberana.
También vemos con beneplácito algunos aspectos, no todos,
del rumbo económico, la reducción de la desocupación
y una economía orientada a la producción y al consumo
interno, como así también haber dejado de lado las recetas
de los organismos financieros internacionales.
Para concluir con el repaso de los logros del kirchnerismo, debemos
mencionar que algunos ministros mostraron una tendencia francamente
progresista, como no se veía desde hace mucho tiempo, nos referimos
a Filmus en el Ministerio de Educación y al de Salud, Ginés
Gonzalez García, este último se ha sabido granjear el
odio de sectores francamente reaccionarios.
Lo malo
Entremos ahora en la columna del debe del kirchnerismo, que para
quebrar las reglas contables suma más que la del haber.
El kirchnerismo ha desarrollado vinculaciones con algunos sectores
empresarios, muchas de las cuales provienen de su época en
que gobernaban la provincia de Santa Cruz y otras son más recientes,
estas relaciones le impiden desarrollar una política económica
que sea marcadamente favorable a los sectores de menores recursos.
Durante este gobierno se ha ensanchado la brecha entre los que más
tienen y los de más bajos ingresos.
Un sector empresario claramente beneficiado por el kichenerismo es
el de las petroleras, no habría que olvidar que este grupo
político surgido en Santa Cruz alentó la vergonzosa
privatización de YPF llevada a cabo en la Década Infame
Menemista.
Las empresas de medicina prepaga son otras de las beneficiadas por
la política económica en detrimento de los usuarios
de sus servicios, basta que estos grupos reclamen aumento de sus tarifas
para que desde el gobierno se les conceda, lo que no sucede con otros
sectores.
Otros empresarios beneficiados son los vinculados al transporte, esta
situación ya la hemos calificado de escandalosa por el festival
de subsidios que beneficia a grupos económicos que no invierten
en absoluto para mejorar el servicio y donde la gente viaja cada vez
peor. Esta situación es muy grave en trenes y subterráneos
donde el servicio es pésimo y el Secretario de Transporte Ricardo
Jaime , y su jefe el Ministro De Vido parecen más preocupados
por defender los intereses de los empresarios que el de los usuarios.
Durante el 2007 ocurrió la poblada en la estación Constitución
lo que debió forzar las salida del grupo Taselli que antes
debió dejar la concesión del San Martín, el servicio
sigue siendo desastroso en todas las líneas de ferrocarriles
y subterráneos, no obstante lo cual la presidenta decidió
mantener a Ricardo Jaime y a De Vido.
Los desaguisados en el rubro del transporte tuvieron una de sus mayores
expresiones cuando se le otorgó la concesión del Belgrano
Cargas a un grupo comandado por Macri al que un tiempo antes debió
quitar la concesión del Correo Argentino por sus reiterados
incumplimientos.
Para continuar con las vinculaciones empresarias con el gobierno,
no podemos dejar de mencionar el pacto Kirchner-Hadad, por supuesto
que en este asado el gobierno pone la vaca y el grupo Hadad el pollo,
a cambio de la jugosa pauta publicitaria oficial el grupo Hadad ha
silenciado sus críticas. Pero si con este pacto se quiso lograr
la adhesión de la clase media y media-alta es evidente el fracaso
del objetivo, es cierto que los medios de Hadad publican toda clase
de estadísticas que benefician al gobierno, pero también
es cierto que calumnian a diario a los aliados latinoamericanos del
kirchenerismo, como Chavez y Evo Morales, el pequeño burgués
que lee Infobae, por ejemplo, descree de las estadísticas,
pero se devora las críticas a Chavez y Evo, y termina criticando
al gobierno por tener aliados tan poco “democráticos”
y por difundir estadísticas tan truchas. Sería más
beneficioso, que el gobierno no malgaste el dinero de todos en el
grupo Hadad.
Este gobierno ha mostrado un total desinterés por la desnacionalización
de empresas de gran envergadura, mismo desinterés que muestra
por el acaparamiento de importante extensiones de tierras en manos
extranjeras, gran parte de este proceso ha sucedido en la provincia
de Santa Cruz, por lo cual podemos aventurarnos a decir, con tristeza,
que difícilmente surjan medidas tendientes a revertir esta
situación por demás preocupante.
Así como el gobierno está condicionado por sectores
empresarios, también lo está por sectores políticos
y sindicales que tienen una manera muy poco democrática de
realizar sus actividades.
Atrás quedaron las críticas de Kirchner al “pejotismo”
y las promesas de dejar atrás los viejos métodos de
hacer política, hoy el Partido Justicialista y el Frente para
la Victoria, dos agrupaciones que responden a Kirchner, son más
parecidos al viejo Partido Conservador que a una herramienta política
donde los sectores popular se puedan expresar.
Lo mismo ocurre en el terreno sindical, nada ha realizado para democratizar
los gremios, por el contrario los sucesos de San Vicente mostraron
a todo el país, un mundo donde imperan las patotas, grupos
de choques de los líderes gremiales cada vez más alejados
de los auténticos trabajadores. En tanto Kirchner dejó
el gobierno sin haber concedido la Personería Gremial a la
CTA, central de trabajadores donde se expresan democráticamente
los trabajadores.
No podemos soslayar que el último año de la gestión,
estuvo salpicada por varios hechos de corrupción muchos de
ellos surgidos en el Ministerio de Planificación.
La oposición
Una evaluación del kirchnerismo no puede realizarse sin echar
un vistazo a la situación de la oposición que es la
que explica la continuidad de este grupo en el gobierno.
De nuestra parte, y sospechamos que en opinión de una amplia
franja de argentinos, no se visualiza en la oposición un sector
que muestre un progresismo mayor que el del gobierno de Kirchner.
Sólo el denominado Proyecto Sur que lidera Pino Solanas ha
mostrado ideas que tienden a poner el acento en la defensa del patrimonio
nacional, la defensa de los sectores más desprotegidos y profundización
de las prácticas democráticas, incluyendo una firme
defensa de los Derechos Humanos. Claro está que este grupo
recién surgido deberá demostrar que es capaz de incorporar
nuevos sectores y que su misión no se limita a una elección.
En el resto de la oposición no se avizora ningún sector
que pueda asegurar una superación más democrática
y progresista del kirchnerismo, repasemos brevemente los distintos
grupos opositores.
En línea generales lo que los periodistas califican de centro-derecha
no es otra cosa que la representación de los sectores liberales
que ahora maquillados pretenden un retorno a las políticas
que nos llevaron al desastre del 2001 y a la entrega descarada de
nuestro patrimonio nacional.
El PRO es la representación cabal de los grupos económicos
que se llevaron la gran tajada durante la dictadura y los años
90 a la sombra del menemismo y el delarruismo, podrán esconderse
tras figuras más o menos “progres” como Gabriela
Micceti y de esa manera obtener apoyos de la clase media de la Capital
Federal, pero a poco de gobernar no tardará mucho en verse
su verdadera cara.
El represor de trabajadores del Neuquén, Jorge Sobish y el
pregonero de la ”mano dura” Blumberg, son una clara manifestación
de la añoranzas por los tiempos autoritarios, por suerte no
han obtenido el mínimo apoyo de los votantes.
Un párrafo aparte merece Lopez Murphy y su obstinación
por continuar en la política, como Ministro de Relaciones Exteriores
fue continuador de la política de “relaciones carnales”
del menemismo, cuando fue Ministro de Economía también
del mismo presidente incapaz, la única idea que se le cayó
fue la de recortar el presupuesto de Educación para equilibrar
la cuentas fiscales, léase pagar la deuda externa, por suerte
la justificada reacción de la comunidad educativa no le permitió
continuar en su puesto.
Tal vez deberíamos incluir en este mismo grupo de centro-derecha
a la llamada Coalición Cívica que con su líder
Elisa Carrió, ha cuestionado la política de Derechos
Humanos, reclamando que termine la “humillación de los
militares”, y donde su referente económico, Prat Gay,
llamó a “enfriar” la economía para evitar
la inflación. Toda una definición, no sabemos porqué
el periodismo insiste en incluir a este grupo en el centro-izquierda
a pesar de tener en sus filas a Olivera, Bullrich, Prat Gay, sólo
faltó Lopez Murphy, y no precisamente porque Carrió
no lo deseara.
Los partidos tradicionales como el radicalismo y el socialismo parecen
estar en camino a una franca disgregación, en el caso de los
socialistas parecen estar destinados a convertirse en un partido provincial,
sin incidencia en el resto del país, ninguno de los dos partidos
parecen haber progresado ideológicamente hacia posiciones nacionales
y populares, continuando con algunos prejuicios del pasado que los
llevaron a alianzas que los enfrentaron a los sectores humildes.
Por último indiquemos que la izquierda continúa alejada
de la realidad del país, ya ellos mismos se resignan a jugar
un papel de “educadores” durante los actos electorales,
incluso en los últimos tiempos han perdido la cierta influencia
que habían obtenido en sectores piqueteros. Alejados de los
trabajadores y los desocupados no queda muy claro cuál podría
ser su papel en la política argentina.
La presidenta
La campaña electoral y las primeras definiciones de la presidenta
Cristina Fernandez de Kirchner parecen presagiar una versión
mucho más conservadora del kirchnerismo.
Durante toda la campaña pareció más preocupada
por dejar una buena imagen en el exterior que entre los votantes,
incluso dio la idea de querer disculpar algunas ofensas a sectores
poderosos que su marido pudo haber inquietado.
La decisión del gabinete es por demás sintomático,
haber dejado de lado a dos buenos Ministros como Filmus y Ginés
y haber reafirmado a De Vido y al ex cavallista Alberto Fernandez,
a la vez de haber reelegido a Ricardo Jaime en la Secretaría
de Transporte parece toda una definición sobre el rumbo futuro.
La cuestión es saber hasta cuando el kirchnerismo podrá
navegar a dos aguas tratando de complacer a grupos de poder y a la
vez tratando de no irritar a los trabajadores y a los sectores más
humildes. Esta política parece tener sus límites, más
tarde o temprano, el kirchnerismo deberá tomar posición.