El Forjista

Lavagna, candidato del poder económico

El lanzamiento de la candidatura de Roberto Lavagna no es otra cosa que una nueva maniobra del establishment, al que nosotros preferimos denominar oligarquía, para dividir a la oposición, en otra maniobra desesperada de esos sectores para evitar la única candidatura que realmente le preocupa al poder, que es la posibilidad que Cristina Fernández de Kirchner retorne a la presidencia.

Que el hijo de Alfonsín proclame a Lavagna o que lo haga el senador oficialista Miguel Ángel Pichetto, es una demostración de la desesperación de ciertos sectores porque carecen de figuras para presentar como candidatos con alguna posibilidad.

El pseudo progresismo antiperonista de Alfonsín y su socia Stolbizer son desgajamientos de un decadente radicalismo vendido al neoliberalismo a cambio de algunos cargos menores y renunciando a lo poco que les quedaba de dignidad.

Tanto Alfonsín como los socialistas intentan sacar chapa de "progresistas" pero tienen como socia principal a Margarita Stolbizer que aún no explicó porque el segundo de su partido, el GEN, se convirtió en brazo derecho de Patricia Bullrich y por lo tanto es responsable de las muertes de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel, además de todas las muertes producto del gatillo fácil que es alentado desde ese nefasto ministerio, convertido en una Gestapo del siglo XXI.

Stolbizer que ahora pretende aparecer como opositoria, declaraba cada seis meses durante estos tres últimos años que el país estaba mejor con Macri que durante el gobierno anterior, afirmación que sólo es posible si se toma en consideración a los amigos de la familia presidencial, único grupo que puede decir que está mejor que durante el gobierno de Cristina.

Además Stolbizer tuvo encuentros con el presidente donde se besuquearon y posaron con amplias sonrisas, evidenciando las simpatías de quién ahora actúa como opositora mostrando una enorme cuota de hipocresía.

En tanto que lo de Pichetto es por demás extraño, no hace mucho lanzó su candidatura a la presidencia y a renglón seguido procedió a sostener la de Lavagna en una demostración que nadie se entusiasma con la posibilidad que este senador sea candidato, aunque nadie se lo pregunta porque sólo aparece en medios oficialistas es más que evidente su impopularidad, que además suele ser una característica con la cual deben cargar aquellos que muestran una deslealtad manifiesta con una causa.

La gran prensa oligárquica tampoco pudo ocultar ser la promotora de esta cortina de humo que es la candidatura de Lavagna, tal vez como devolución de favores fue que su hijo, Marcos Lavagna, junto al camaleón Diego Bossio, presentaron un proyecto de ley a la medida de Clarín y La Nación, dueñas de Papel Prensa, y que le permite a esa empresa fijar el precio del papel de diario a su voluntad, en lo que resulta ser un atentado a la libertad de expresión porque coloca al resto de los diarios en condición de inferioridad ante el monopolio que tienen los medios oligárquicos.

Esta operación política, se basa en hechos mentirosos, como atribuir a Lavagna méritos que en realidad correspondieron al presidente de ese momento: Néstor Kirchner, que fue el verdadero gestor que posibilitó a la Argentina salir del infierno en el cual nos había hundido el neoliberalismo.

Lavagna fue despedido de ese gobierno por sus ideas conservadoras y porque la administración estaba tomando un rumbo verdaderamente transformador en la cual él se estaba tornando un pesado lastre, tiempo después Lavagna fue candidato a presidente por la Unión Cívica Radical, mostrando su identificación ideológica.

De aquí a las elecciones veremos muchas otras maniobras tendientes a imponer un candidato del poder, que en principio es Macri, pero en vista de su manifiesta incapacidad para gobernar y su creciente imagen negativa, puede ser reemplazado por otro caballo del comisario con mejores posibilidades.

Mientras tanto los sectores populares deberemos estar atentos a estas maniobras, sobre todo aquellas que el macrismo está diseñando y que parecen estar dirigidas a ganar, por las buenas o por las malas, es decir que no tenemos dudas que si ven que no pueden imponerse por los votos, esta derecha está dispuesta al fraude, cosa que se ha puesto en evidencia con el intento de imponer unas máquinas con las cuales en otros países se acaba de realizar un fraude escandaloso.

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